Sepultando malos recuerdos.
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.
Cerrando círculos, o cerrando
puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder
cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Se acabó tu relación?, Puedes
pasarte mucho tiempo de tu presente “revolcándote” en los porqués, en devolver algún
presente que no hubo nunca y tratar de entender por qué sucedió tal o cual
hecho.
El desgaste va a ser infinito,
porque en la vida, estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando
vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir
adelante.
No podemos estar en el
presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió,
sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. ¡No podemos ser niños
eternos, ni adolescentes tardíos, Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por
eso, a veces es tan importante destruir recuerdos.
Dejar ir, soltar,
desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que
aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja,
hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente…
El pasado ya pasó. No esperes
que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se
den cuenta de quién eres tú… Suelta el resentimiento. El prender “tu televisor
personal” para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentamente,
envenenarte y amargarte.
La vida está para adelante,
nunca para atrás. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de
regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?,
¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no,
déjalos ir, cierra capítulos.
Dite a ti mismo que no, que no
vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en
ese lugar, en ese corazón. Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días,
hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la
puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo.
MARUESVA
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